Escribo como pidiendo “perdón”
por la inmensidad de cosas que no hago.
Escribo para llegar hasta el fondo
y darme cuenta de que todavía me falta demasiado.
Escribo para que se sorprenda el distante.
Escribo para que me descubra el cercano.
Y no para que colonice mis textos,
sino para que me vea desnuda,
y me mire las manos, y yo pueda decir algo.
Escribo para quedarme sin cara.
Escribo como diciendo “veo todo”
y escribo como diciendo “no hay nada”.
Escribo porque me quedo estancada.
Escribo porque me vivo de golpe.
Y escribo porque me apuntan mañana.
Escribo porque no leo un carajo.
Escribo porque sólo miro palabras.
Escribo para tenerme respeto.
Escribo para no llevarte a la cama.
¿Te das cuenta?
Escribo como pidiendo “perdón”
por la inmensidad de cosas que no hago.
Escribo para llegar a tus ojos
y darme cuenta
de que todavía -sí, todavía- me falta demasiado.