La poesía me salva. Pero no es gratis ese milagro. La pago minuto a minuto con la aceptación obscena de mis temores y mis deseos. (Valeria Pariso)
Me preguntás muchas cosas.
me preguntás muchas cosas y me pedís que no me muera / me invitás a cientos de lugares para que no me muera / subís al árbol / mirás los cables / leés mis huellas / me convidás un mate / me descifrás las manos / me preparás la cama / y como siempre la oscuridad es una escopeta que me dice que me vaya / es decir: que me quede / es decir: que cambie algo / me pedís que no me muera tantas veces que cuando te vas soy yo quien dibuja / todavía / el mensaje que me nombra / agustina agustina agustina / ¿quién es agustina? / ¿qué es un poema? / ¿por qué nos quedamos? / entre todas las cosas que nos lastiman sabemos algo / pero no voy a ser yo / por esta vez / quien te apuñale contra el pasto / voy a quedarme a un costado / en silencio / respirando lo que huye para recibir lo que vuelve / tengo las luces abiertas reclamando el abrazo / y también tengo el abismo de los sueños que se cumplen / tarde o temprano el vacío de entender que estoy de paso / pero mientras tanto los juegos / el poema, las canciones, mis hermanos / mientras tanto los encuentros / mientras tanto los soles caídos de tu mano
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