La poesía me salva. Pero no es gratis ese milagro. La pago minuto a minuto con la aceptación obscena de mis temores y mis deseos. (Valeria Pariso)

Abuela, ¿cómo estás?

si mi abuela que es grafóloga me analizara la letra hoy mismo
diría que mi afán de perfección acaba de caerse al piso
y no lo pienso juntar /
abuela ya no quiero ser perfecta /
prefiero comer con toda la boca una naranja

y divertirme acariciándome los pelos de las axilas /
me importa muy poco salvar al planeta /
me alcanza con saber que todavía soy capaz de cantar
y tener la panza llena
y los pies calentitos
que es todo lo que necesitamos para levantar las banderas

del optimismo /
abuela estoy bien /

tengo una cama donde acostarme a soñar
y sueño cosas que me vuelan la peluca /
mañana voy a buscar mis lentes nuevos

y dice mi hermana que ahora le voy a ver las arrugas /
somos una familia especial /
abuela estoy bien /
recién llego de trabajar /

me saqué el corpiño
y me siento adentro de una canción de una banda
que no conoce nadie excepto yo /
abuela ¿cómo estás?

¿sabías que últimamente no puedo llorar?

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