La poesía me salva. Pero no es gratis ese milagro. La pago minuto a minuto con la aceptación obscena de mis temores y mis deseos. (Valeria Pariso)

Feísima.

hoy caminé por toda la ciudad y me miré en todos los reflejos /
y en todos me encontré fea /

feísima horrible /
¡esta boca chiquitita no me sirve! /
¡estos dientes de conejo tampoco! /
¿mis ojos? ¡tanto campo verde para nada! /
¡cuando yo te amaba era hermosa

y tenía el puente colgante a mis pies! /
¡santa fe capital estaba a mis pies! /
ahora que no te amo hago poemas
 muy malos /

pero malos en serio eh /
volvé /
enamoráme como puedas / (vos o alguien que se parezca) /
no puedo vivir siendo tan horrenda /

salváme aunque sea una imprudencia /
quiero ser hermosa como cuando desayunábamos juntas
con tu gata dando vueltas /
quiero mirarme al espejo y ser tan linda como cuando 
tenías miedo de decirme que me amabas /

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