La poesía me salva. Pero no es gratis ese milagro. La pago minuto a minuto con la aceptación obscena de mis temores y mis deseos. (Valeria Pariso)

Esa piba tenía el miedo en la garganta.

esa piba tenía el miedo en la garganta
los ojos en el aire y el aire en la mirada
retrucaba cada apuesta en los silencios
y caminaba sin distancia mis preguntas las más rotas
¡no entendía! estaba sola desolada
porque yo levantaba castillos y ella soldados
yo masticaba dolores y ella las flores
yo remontaba coronas y ella tristezas
esa piba tenía el miedo en la garganta
y quizás me quería, tal vez un poco, ojalá me haya querido tal vez un poco
ojalá haya visto mis paciencias en su salsa
despistándoles barquitos complicados
ojalá haya visto mi orgullo, apenas mi orgullo,
poniéndose terriblemente colorado
los intentos por buscarla y que me encuentre
los bajones de este mundo a mis espaldas
las piedritas que más tengo en el camino
los silencios que desato para hablarle
las palabras que no encuentro pa’ decirle
los renglones que se achican pa’ explicarle
ojalá haya visto los ojos
las pisadas / los espacios / los impulsos / mis verdades
aunque quizás, después de todo, igual prefiera su ceguera enceguecida

y yo le preste el bastoncito pa’ encontrarse

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