esa piba tenía el miedo en
la garganta
los ojos en el aire y el
aire en la mirada
retrucaba cada apuesta en
los silencios
y caminaba sin distancia
mis preguntas las más rotas
¡no entendía! estaba sola
desolada
porque yo levantaba
castillos y ella soldados
yo masticaba dolores y
ella las flores
yo remontaba coronas y
ella tristezas
esa piba tenía el miedo en
la garganta
y quizás me quería, tal
vez un poco, ojalá me haya querido tal vez un poco
ojalá haya visto mis
paciencias en su salsa
despistándoles barquitos
complicados
ojalá haya visto mi
orgullo, apenas mi orgullo,
poniéndose terriblemente
colorado
los intentos por buscarla
y que me encuentre
los bajones de este mundo
a mis espaldas
las piedritas que más
tengo en el camino
los silencios que desato
para hablarle
las palabras que no
encuentro pa’ decirle
los renglones que se
achican pa’ explicarle
ojalá haya visto los ojos
las pisadas / los espacios
/ los impulsos / mis verdades
aunque quizás, después de
todo, igual prefiera su ceguera enceguecida
y yo le preste el
bastoncito pa’ encontrarse
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