La poesía me salva. Pero no es gratis ese milagro. La pago minuto a minuto con la aceptación obscena de mis temores y mis deseos. (Valeria Pariso)

Vos no sos como yo.

Vos no sos como yo.
A vos el amor o el odio no te quita el sueño.
Vos no hablás con los demonios o los ángeles escribiéndo en un cuaderno.
Sin embargo respirás.
Y te levantás todos los días.
Y salís a pelear por lo que creés que es justo.
Vos te peinás, buscás sentirte bien y decís lo que se te canta el orto.
Nunca puse en un poema la palabra "orto".
A vos un poema inconcluso no te quita el sueño.
Sin embargo escuchás a los demás.
Y elevás puentes que yo no puedo.
Quiero escupirte y abrazarte.
¿Cómo es posible que te salves?
¿Quién te sopla las respuestas?
¿Dónde están mis luces locas?
Quiero que sepas que te admiro con la misma intensidad con la que aborrezco tu mundo.
No sé cómo hacés para peinarte.
No sé cómo hacés para despertarte.
No sé cómo hacés para odiarte tanto y salir ilesa del odio.
Es decir: no sé cómo hacés para detestar tus piernas y amar a los demás.
Vos no sos como yo.
Vos conocés otros lenguajes.
Vos caminás por el mundo y no te quita el hambre un cuaderno.
Vos dormís de noche.
Y sonreís de día.
Y absorbés el sol.
Y hablás con los demás.
Vos creés que la vida es simple pero le tenés miedo a la muerte.
En síntesis:
Vos sos hermosa y vos sos una hija de puta.
Porque vos sos libre acariciando la jaula.

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