La poesía me salva. Pero no es gratis ese milagro. La pago minuto a minuto con la aceptación obscena de mis temores y mis deseos. (Valeria Pariso)
¿Te puedo decir pajarito?
¿y si te digo que no pienso mover un dedo para retenerte? ¿vendrías esta noche a mi casa a enojarte conmigo? ¿y si te digo que no me importa morir sola y rodeada de gatos? ¿y si te digo que te mentí todo este tiempo? ¿y si te digo que me muero de miedo? ¿vendrías a rescatarme aunque sé que es una imprudencia pedir que me rescates? ¿pondrías tu mano en mi frente? ¿volarías de fiebre conmigo? ¿me traerías una malta a la cama? ¿me leerías un poema inédito? ¿y si te digo que no pienso decirte lo mucho que me despierto pensando en vos? ¿me querrías más o menos? ¿puedo ser silenciosa y después verborrágica? ¿y si te digo que no pienso mover un dedo para retenerte? ¿amarías la libertad que se manifiesta? ¿o querrías ser libre pero conmigo? ¿viste cuando apoyás tu cabeza de otoño sobre la ventanilla del colectivo y el sol te ilumina la cara? ¿viste qué hermoso que es? ¿hace cuánto sos tan linda? ¿te puedo decir pajarito y acomodarte el flequillo?
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