La poesía me salva. Pero no es gratis ese milagro. La pago minuto a minuto con la aceptación obscena de mis temores y mis deseos. (Valeria Pariso)

/advertencias que nadie escucha/

mucho cuidado con lo que aman
porque
lo que amamos
            nos cambia 
mucho cuidado con lo que miran
porque lo que miramos
                 nos termina mirando
(odio ponerme en el rol
de un pastor evangélico
pero alguien tiene que advertir
después de haber pisado
el barro del deseo
que no hay nada más allá del éxtasis
de creernos importantes)

una vez, hace no mucho tiempo,
escalé una montaña
y me di cuenta de que la cúspide
no era precisamente estar ahí arriba
(sí, fue divertido... y emocionante)
pero lo que deseaba tenía más que ver
con el hueco que sentí
cuando llegué a mi casa
con las manos vacías

mucho cuidado
en serio
con lo que aman con lo que miran
y por último
mucho cuidado con las máscaras
(yo sé que son irresistibles)
pero terminan cayéndose al piso
y nos quedamos desnudos
(queriendo que no nos vean
pero rogando que alguien
nos mire)

1 comentario: