Yo que necesito de los brazos de una
mujer para morir y para volver a nacer. Yo que si no doy con sus dos ojos me
entristezco. Y yo que me entristezco por igual si los encuentro. Yo que perdí
todo por querer meter en cajas lo que amaba. Y una noche no me basta para hacer
de tu lectura un buen andén. Sin embargo me escabullo en las palabras porque
sé, sé que a tu silencio en carne y hueso no lo encuentro, y que a tu voz la
apago sólo con mis fieras. Fieras que me cierran, que te sueltan y me enredan.
Voy a abrirte como a un libro, compañera. Soy la rima que no encaja en tu
estrategia. ¿Y qué puedo decir yo? Idioteces viejas, idioteces nuevas. Yo que
callé todo por haber metido en cajas lo que amaba. Yo que perdí mi fuego. Yo
que gané tu rabia. Yo que soy necia y torpe. Yo que no gano nada.
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