Me encadeno cuando siento que no debo hablar de amor,
me encadeno cuando siento que no debo hablar de vos.
¡EL PÁJARO SE HA VUELTO JAULA!
Y nadie lo vió volar. Nadie lo vió.
¿Qué hacemos, entonces, con tantos secretos y con tanto cielo para vos?
¿Los guardamos en una de esas cajas indestructibles y les hablamos de Dios?
La jaula copa la casa
y yo sé que no soy más que un dolor,
todavía no aprendí a comportarme en el mundo,
a mutilarme la poesía,
a caminar sin corazón.
Se debe a que no hay voces, todavía, sin tu nombre.
Se debe a que no hay calles, todavía, sin tu horror.
Y yo que me pregunto que por qué estoy en el mundo.
Y yo que me pregunto que por qué te escribo a vos.
Maldita mi manía de estrellarme en tu ignorancia.
¡EL PÁJARO SE HA VUELTO JAULA!
Y el pájaro era yo.
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