La poesía me salva. Pero no es gratis ese milagro. La pago minuto a minuto con la aceptación obscena de mis temores y mis deseos. (Valeria Pariso)

los árboles soñados

no sé quién sos pero me hiciste falta toda la mañana no sé cómo te llamás pero te nombré toda la tarde no sé dónde vivís pero te fui a buscar y no estabas /
aunque vos no lo creas yo no gano ni siquiera una pestaña con mis palabras torpes que parecen geniales /
apenas tu hermosura se acerca a mi mano como paloma joven /
"ojalá" es una palabra que me extraña /
y porque me extraña me llama /
me acuna / me lame
y se queda conmigo /
hasta que llegues /
tan radiante como la noche en la que brillaste / para que yo pueda quedarme encendida como una lámpara /
al borde de mi colchón sin sábana /
pidiendo apenas un poquito más /
hasta poder dormirme en el jardín que construimos /
o hasta que crezcas fuerte y sabia como los árboles soñados /

No hay comentarios:

Publicar un comentario