La poesía me salva. Pero no es gratis ese milagro. La pago minuto a minuto con la aceptación obscena de mis temores y mis deseos. (Valeria Pariso)
Resistimos.
RESISTIMOS. Nosotros resistimos. En una pieza, en una plaza, en un poema, en un abrazo. RESISTIMOS. Pero, por favor, no me hables de cómo estalla todo y vuela por los aires. Recién termino de juntar lo que quedaba de paz y estoy a punto de confiar. Los miedos se disuelven como un jugo en tu sonrisa y yo todo lo que sé es que me cuesta muchísimo traducir la alegría. Una vez escribí un poema siendo feliz, y lo repetí hasta cansarme y me lo aprendí de memoria. Una vez, también, escuché decir que solo una mujer de luz transita sin nada de vergüenza su más reciente oscuridad. Vuelvo al RESISTIMOS. Lo hacemos. Aún muertos de miedo y de frío. Trabajo cada día con mis bichos y cada vez me molestan menos. Soy una agradecida. Hace un tiempo le dije a una amiga que me doy cuenta de que estoy mejor porque sonrío más que nunca. HABLAR. Hablar me cura. Habitar un espacio propio me cura. Escuchar música que me gusta me cura. Abrazar a personas nuevas me cura. Soy una agradecida. RESISTIMOS. Y lo vamos a seguir haciendo porque somos seres frágiles pero fuertes. ¿Se dieron cuenta de que nadie nos explicó que la fragilidad esconde fuerza? ¿Por qué? Porque nos quieren fríos y oxidados. Y nosotros vamos a llorar, reír y emocionarnos. Sea por venganza o por encanto. En una pieza, en una plaza, en un poema, en un abrazo. Voy a brindar por vos y por cada cosa que amo. Si no es por la patria que sea por lo que más amamos.
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