La poesía me salva. Pero no es gratis ese milagro. La pago minuto a minuto con la aceptación obscena de mis temores y mis deseos. (Valeria Pariso)

Los ángeles están.

creo que vos no podés dimensionar la profundidad de mi amor
creo que desconocés mi fuerza y mi fuego
creo que no pude mostrarte el otro lado de mi casa (todavía)
creo que sólo leerme te hace mal
yo soy mucho más que mi frágil poesía
yo soy mucho más que lo que digo
intoxicada de angustia y soledad
yo soy una guerrera
¿no ves mi espada?
¿no ves las marcas que me dejaron los combates?
¿no ves la paz que germina gracias a la guerra?
“¿no ves mi capa azul?”
¿no ves mis piernas curtidas de tanto pedalear?
creo que desconocés mi fuerza y mi fuego
creo que te falta aceptarte vencida
creo que el amor te vuelve frágil
creo que el amor te vuelve poesía
creo que no pude mostrarte el otro lado de mi casa (todavía)
creo que no logro convencerte del todo
creo que te devoran los miedos
tus dudas propias
tus propios monstruos
creo que darle la mano a mis ángeles no te vendría nada mal
creo que, desde chica, el hambre y la pobreza material
me hicieron buscar la riqueza espiritual
en todas las cosas
y por sobre todas las cosas
¿qué quiero decir con esto?
que sé luchar
aunque la palabra “lucha” me parta en dos el corazón
sé abrir caminos donde sólo hay caras de “todavía no”
sé recibir las adversidades y el dolor
sé dibujar un silencio donde todo es ruido
sé llenarme los ojos con un poco de cielo
sé llenarme la panza con un poco de pan
sé estar triste
sé llorar
pero también sé abrir la puerta para salir a batallar
los ángeles me cuidan
los ángeles están

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