hoy me sorprendí a mí misma
en la mitad de una carcajada
y me pregunté si esa era yo
(yo también, al igual que pablo,
me niego a vivir si no escribo un poema por día)
mi terapeuta me sacó el dramatismo
que era todo lo que tenía
(todavía no acepto mi sonrisa)
quisiera ser sublime como la poesía de spinetta
pero estoy llena de vida
y la vida es otra cosa
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