Algo enorme se quebró.
Y esta vez no se trata del comienzo clave de un poema.
Algo en serio quedó roto, algo real estoy perdiendo.
Y ya no sé si mejor me voy o peor te espero.
Todo en la conciencia me da vueltas,
grito, lloro, salto y me desprendo.
Caigo en el asfalto y no lo siento.
¡Miento! “¡Estoy
feliz!” y “¡Te comprendo!”
Cinco, seis o siete corazones
pujan por frenar el desconcierto.
No sé si alcanzan,
si están a tiempo.
No sé si saben,
me estoy muriendo.
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