Confiá que yo te cuido.
Si total toda lágrima borra la ceniza
bestial del alma...
¿Por qué no llorar a carta abierta y
en mis manos?
¿Desde cuándo tragar amargo y escupir
dulce?
Olvidáte y hacé vos el caminito.
Cortáte sola pero volvé haciendo picada.
Así, llorando, desalmada
escupiendo las derrotas que supiste
respirar.
Andá pero volvé, volvé sobre tu
senda.
Morfáte los piedrazos, aprendé la
dignidad.
¡Sacáte la careta! Todos llevamos
una.
Confiá que yo te cuido.
Llorá bicha, llorá.
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