La poesía me salva. Pero no es gratis ese milagro. La pago minuto a minuto con la aceptación obscena de mis temores y mis deseos. (Valeria Pariso)

/el fuego me eligió a mí/

Yo no elegí el fuego. El fuego me eligió a mí.
Y no sé si bailar o dejar que la vida pase
y me deje vacía. Soy una obsesiva.
Las máscaras fueron todo el menú de nuestro
día. Y aún así dejé a la vista el carozo del
asunto. Pero nadie puede salvarse más
que cuidándose a sí mismo. Y siento odio
cuando hago foco en los caballos que se
pinchan. Y me parece humano que se caigan
y que se venga abajo el galope.
Pero yo no elegí
el fuego. El fuego se inyectó en mí como
una vacuna. Y entonces me curé del rincón
en el que solía esconderme. Pero siento
nostalgia del bollito. Y MEJOR NO DIGO NADA
PORQUE EL BOLLITO APARECE. Donde sea
que estés... mi mundo cuida tu mundo.
Y jamás querría romperlo, salvo para atrapar
a un osito de taiwán.
No estamos preparados para amar todas
las formas. Pero podemos ejercitar
la fusión y el desencanto.
Yo no elegí el fuego. Vos no elegiste tu
nombre. Por supuesto que podés hacerlo
pero hablo del rayo que a cada uno le toca.
Estoy radiante como un muerto que brilla.
Y entonces te acerco voces, porque
no me importa que te hundas. Sólo
me importa ////
que me hagas parte de tu vida.

- caíste sinclair, el lugar común te comió los ojos
- rajá de acá

No hay comentarios:

Publicar un comentario