La poesía me salva. Pero no es gratis ese milagro. La pago minuto a minuto con la aceptación obscena de mis temores y mis deseos. (Valeria Pariso)

soy la contradicción

soy la contradicción de amar el sol
pero odiar la mañana
soy el amor que siento por mi viejo
pero también la distancia que nos separa
soy la dedicación que le pongo a mi trabajo
y el desorden del siglo en lo que yo suelo llamar
mi "oficina de paz"
soy la admiración que me despiertan algunos artistas
y la incapacidad de acercarme a su vida
soy las ganas de querer comunicarme
pero también el pánico a ser juzgada
soy el deseo sexual
pero también la quietud y el nirvana
soy la paja que me da el querer imponerme
y el placer que me da saber que tenía razón
soy la responsabilidad pero también el abandono
soy mis mecanismos de defensa
y también soy mi boca de perra
que no puede atacar
soy mi devoción por el minimalismo
pero también mi manía compulsiva
por acumular y acumular
soy el placer de fumar
y también la sensación de que me voy a morir
de un infarto
soy la espiritualidad de crear
y mis complejos de hacer pis en un baño
que no sea el mío
soy mi fantasía con los chicos trans
y mi convicción de que no hay nada peor
que las convicciones
soy mis libros en la mochila
por si vendo alguno en el camino
(aunque eso nunca pase)
y soy el "hacerme cargo" de lo que digo
aunque a veces eso se vuelva insoportable
pero lo más importante de todo:
NO SOY LO QUE DIGO ///
SOY LO QUE ESTOY POR DECIR ///
si eso no es hambre de vivir no sé qué es

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