La poesía me salva. Pero no es gratis ese milagro. La pago minuto a minuto con la aceptación obscena de mis temores y mis deseos. (Valeria Pariso)

Juan Gelman.

Se sienta a la mesa y escribe.



El poema nada en un viento y brilla.

No sabe quién es
hasta que lo arrastran aquí,
donde seguramente morirá
a la intemperie de las bestias.

Me gustaría entender a las bestias.

En estas manos.

Abajo de lo suave crepita la sospecha.

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