Nada increíble, cariño. Las horas pasan y yo sigo prefiriendo dormir por sobre todas las cosas del mundo. Dormir o frecuentar esta nada constante que me invade despierta. La nada desde donde desembarco a punto, la nada a partir de la cual me sumerjo, desencadenada y letal, en las aguas del olvido general. La nada irresistible y magistral.
La nada increíble,
desde donde aprendo sutilmente a mendigar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario